martes, 5 de junio de 2012

Antesala de espera


Pensar que hace sólo unos días se me agalopaban las maletas en una habitación en desuso y sin luz por pereza, y el polen me succionaba los estornudos mientras todo da vueltas y se está maquinando un guateque de percusión en mi cabeza... y es que no hay más resultado cuando unes la necesidad de desconexión y las noches que surgen de improviso sin sorprendernos desprevenidas.

Ya las maletas están pero en otra habitación, en otra ciudad y ayer fue el primer día en El cafetín de cinco esquinas donde estaré una temporadilla pero, como todas las primeras veces, los nervios te hacen temblar hasta el más mínimo café aun teniendo idea de esas medias jornadas de los últimos meses.


Con los nuevos comienzos viene esa esperanza de que esta nueva época sea mejor que las anteriores pero hoy no pienso en más sino en todos y cada unos de los camaradas que han pasado de nuevos comienzos a ser día a día u horas de compañía que unen la distancia y los meses en concentrados de novedades, risas, confesiones y alguna que otra lágrima empapada en la nostalgia de batallitas pasadas sólo superadas por las que vienen... y te preguntas por cómo pasa el tiempo para todos, cómo se van encauzando caminos con las charlas de futuro de cuando apenas sabías qué hacer con tu existencia y que no has perdido el sentimiento mutuo de proteger al otro de sí mismo.

Siempre he pensado en la amistad como una especie de equilibrio entre las personas cuya diferencia suple la indiferencia protegiéndose de sí mismos y ayer en después de trabajar, pasó algo que me hizo darme cuenta precisamente de eso en un "protégele" no dicho.

Pero bueno... hoy es otro día, otro nuevo comienzo y esperemos que esta vez los nervios hagan que mi pulso no me traicione. "Well... I've been nervous this month I started working and I guess I'm still", dijo ayer -algo parecido- una de mis compañeras cuando le dije con la mirada que estaba un pelín nerviosa... esperemos que no sea mi caso porque el nerviosismo sólo consigue que la hiperactividad me domine hasta las palabras y las piernas.

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